Los años pasan, nuestra vejez se acerca y el tiempo juega en nuestra contra. Algún día seremos mayores y nos gustará estar bien cuidados, en un momento de nuestras vidas donde la movilidad, así como otras funciones del cuerpo se van perdiendo por el camino. Así pues, es deber de la sociedad hacerse cargo de aquellas personas que han trabajado durante años levantando a la sociedad con su sudor y sacrificio, respetando, cuidando a las personas mayores y fomentando la felicidad de los mismos en esta última etapa de sus vidas.
La protección de estas personas es por tanto una responsabilidad social, facilitando la movilidad de las mismas y no dejando que sus vidas caigan en el olvido, ya que en muchas ocasiones, las personas que llegan a la tercera edad se sienten olvidadas por su familia, en caso de que tengan familia. Si bien es cierto que por lo general las personas de tercera edad cuentan con una sabiduría, madurez y experiencia superior a los jóvenes, esto no quiere decir que se les deba privar del cariño, así como de los cuidados necesarios.
Desde un compromiso tanto moral como familiar, las personas deben atender sus necesidades, facilitar su movilidad y vigilar su salud, siendo estas tres las mayores cuestiones a la hora de cuidar a gente de tercera edad. Pero, ¿cómo podemos hacerlo? La respuesta es simple, estableciendo visitas periódicas para la evaluación de su estado, así como facilitando las herramientas necesarias para garantizar su autonomía al 100%.
Además podemos apoyarles utilizando mecanismos del Estado, así como productos diseñados y creados específicamente para gente de sus características, tales como salvaescaleras, luces a pie de cama o bastones. Por otro lado, ofrecer el empuje necesario motivándolos para realizar actividades cotidianas les ayuda a desarrollar su mente, combatiendo situaciones degenerativas como podrían ser la senilidad como el alzheimer.
Debemos tener en cuenta que no todas las personas mayores cuentan con las mismas necesidades en términos de salud, siendo relevante tener en consideración sus medicamentos, sabiendo cuándo los debe tomar y cuántos. Puede resultar también necesario controlar una dieta que fortalezca su cuerpo con las vitaminas y nutrientes correspondientes, y que sea fácil de ingerir y prepararla. Finalmente, es necesario cuidar su higiene personal, puesto que pueden no darle demasiada importancia o tienen impedimentos físicos para cuidarse. Un buen cuidado de su higiene personal puede suponer múltiples efectos beneficiosos, física, mental y emocionalmente, logrando un envejecimiento saludable y evitando la aparición de enfermedades infecciosas.
La población envejece en una sociedad con una tasa reproductiva cada vez inferior, provocando así un aumento considerable del porcentaje de la población anciana en el país. Personas que han trabajado duramente durante años mereciendo unos cuidados mínimos que nosotros debemos apoyar. Y si bien puede parecer complicado, ¡desde Oniversity te ayudamos a prepararte para este camino!
