Tanto nosotros como nuestro entorno envejece, y en muchas ocasiones nuestras personas más cercanas necesitan de cuidados especiales que por falta de tiempo o preparación, a menudo no se cumplen. Hoy en día, a raíz de la mejora de la sanidad y la tecnología, la esperanza de vida ha aumentado con respecto a los años anteriores, contando con una de las esperanzas de vida más altas de Europa y donde se estima que seremos el país con mayor proporción de personas mayores en el año 2040.
Actualmente la esperanza de vida para hombres y mujeres es de 80,4 y 85,77 años respectivamente, aumentando así las posibilidades de vivir en soledad. Es por ello que debemos ayudar y hacer la vida más sencilla a aquellas que lo necesiten, siendo de vital importancia conocer las diversas opciones para el cuidado de personas mayores, especialmente para aquellos ancianos que se niegan a abandonar su hogar.
En estas situaciones, lo recomendable es contar con un cuidador de confianza, dado que según el IMSERSO, más del 85% de las personas mayores prefieren envejecer en sus casas, junto con sus recuerdos y una mayor autonomía. Así pues, con el paso de los años se ha demostrado que para aquellas personas mayores con todavía movilidad y cierto nivel de autonomía, lo mejor para su salud es vivir en su casa con la ayuda de un cuidador de confianza, al ser un servicio más personal y exclusivo.
Por otro lado, en casos urgentes o de ser necesario atenciones o acompañamientos puntuales en residencias de forma inmediata, el SAD o Servicio de Ayuda a Domicilio es la mejor opción, siendo también la única opción para cuidar de un familiar en el domicilio, al obtener una ayuda pública de atención a la dependencia.
Finalmente, nos encontramos con la opción más común, las residencias, siendo común que sean como último recurso para la última fase vital de las personas mayores. Un momento en el que las personas requieren de mayor atención profesional y han perdido gran parte de su autonomía, es recomendable pasar a un servicio de residencia, al contar estas con un personal cualificado, además de encontrarse adaptadas para atender todos los niveles de patología y dependencia que afectan a las personas mayores.