Las emociones forman parte de nuestras vidas, informándonos y movilizándonos a la acción para poder actuar de manera precisa. Así pues, es necesario aprender a escucharlas y hacerles caso en nuestro proceso de toma de decisiones. No obstante, esto no siempre debe ser así, ya que en múltiples ocasiones estas pueden ser emociones negativas que nublan nuestro juicio y nos provocan sentimientos negativos tales como el miedo, ira, tristeza y ansiedad. A pesar de poder sentir dichos sentimientos negativos y aunque puedan existir momentos complicados en los cuales nos encontremos inmersos en situaciones desagradables, siempre es posible encontrar un rayo de luz y esperanza escondida entre las tinieblas, haciendo uso de la psicología y emociones positivas.
Si bien el desarrollo de un pensamiento optimista no supone dejar de sentir los sentimientos negativos, este nos ayuda a entender que los estados de ánimo forman parte de un proceso el cual hay que traspasar. A través de la psicología positiva, disponemos de estrategias que nos permiten alcanzar y optimizar nuestras fortalezas, mediante el estudio de las experiencias y los rasgos positivos de nosotros mismos, dejando de lado las conductas y los pensamientos negativos.
Aquellas personas que se dejan influenciar por las emociones negativas en su día a día, asumen que sus problemas son el centro de su vida, aportandoles toda su atención y energía, abusando de la negatividad y victimismo. Al estar tan centrados en las malas noticias llegamos incluso a no alegrarnos de las buenas noticias, estancándonos en el pasado. Como sociedad, somos extremadamente influenciados por las emociones, pudiendo llegar a ser extremadamente drásticos, sin tener en cuenta que todo se supera disponiendo del tiempo y esfuerzo necesario, pudiendo sacar un aprendizaje incluso de las malas situaciones. A través de la psicología positiva se nos enseña a manejar nuestras emociones, relativizando aquellos problemas que sufrimos y centrándonos en aquello que podemos cambiar, favoreciendo así al desarrollo de la autoconfianza y valoración de uno mismo, sin dejarse llevar por emociones negativas y pesimistas.
Debemos prestar atención a lo positivo. Es común quejarnos, pero realmente inusual agradecer todo lo bueno que nos rodea, enfocándonos únicamente en aquellas emociones negativas que nos incomodan o molestan. Aunque es posible que lo hagamos inconscientemente, ignoramos tanto nuestras habilidades como recursos. Al centrar nuestra atención en todo lo positivo de nuestra vida así como lo positivo de nosotros mismos, revertiremos dichas emociones negativas.
Como sociedad tenemos el deber de aprender a distinguir los pensamientos perjudiciales de los que no, aprendiendo a identificar la negatividad para transformarla, así como sembrar comportamientos positivos en nuestra rutina diaria, creando hábitos y relaciones positivas. En el momento en el cual sabemos distinguir las emociones positivas de las negativas, debemos atraerlas desde la responsabilidad y la conciencia emocional, gestionando la nuestra día a día y aceptando aquellas emociones que nos invaden en ella.
A pesar de lo difícil que esto pueda parecer, no es necesario realizar este proceso solo. Desde Oniversity te ofrecemos varios cursos de desarrollo personal a través de los cuales dispondrás de todo el material y ayuda profesional para evolucionar y desarrollar tu inteligencia emocional.
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