A pesar de que es prácticamente imposible eliminar los pensamientos negativos o las situaciones difíciles de nuestra vida, no siempre somos capaces de afrontarlas y convertirlas en emociones positivas. Dichos pensamientos negativos pueden llegar a ser obsesivos e incoherentes en nuestra mente, situándonos en un extremo negativo y convirtiendo la habilidad de convertir pensamientos negativos en positivos en una necesidad imperante, así como en una herramienta de supervivencia de nuestra salud mental.
En la psicología positiva únicamente es permisible tener hasta tres pensamientos negativos diarios, número el cual se queda corto en comparación con el elevado número de pensamientos negativos reales a los cuales se enfrenta la población. Según múltiples estudios, a lo largo del día somos capaces de crear en torno a 60.000 pensamientos de los cuales el 80% son negativos. No obstante, a pesar del elevado número de pensamientos o emociones negativas, no debemos dejarnos llevar por dichos patrones de pensamiento a través de los cuales inutilizamos nuestra resiliencia y nuestra superación personal. Somos seres humanos y a menudo nuestra mente es propensa a irse a la deriva en un mayor número de ocasiones de la que nos gustaría. Ante esta situación, únicamente nos queda una opción: Aceptar y transformar cualquier situación o pensamiento negativo en algo positivo.
A pesar de que los pensamientos negativos se alimentan de nosotros y nos consumen, no siempre los percibimos ni los gestionamos correctamente. Cuando nos encontramos en una situación de malestar donde la preocupación y el cansancio se encuentra presente en nuestros pensamientos, decidimos no prestarles atención, priorizando desconectar, sin profundizar en el motivo de los problemas. Lejos de eliminar el problema, poco a poco va aumentando, pudiendo llegar a un punto del cual puede ser muy difícil salir.
Para evitarlo, es necesario tomar cartas en el asunto y actuar, siendo el primer paso identificar aquellos pensamientos negativos para posteriormente aceptarlo sin resistencia, siendo un buen método escribir nuestros pensamientos diarios en un cuaderno. Estos pensamientos no deben ocultarse, ni bloquearse. Deben ser aceptados tal y como son para posteriormente poder transformarlos. Una vez identificados, debemos contrastar, refutar y debilitar dichos pensamientos. No siempre por tener un pensamiento negativo implica que este sea verdad o tenga razón. A menudo, la mente y los pensamientos pueden ser traicioneros, dejándote llevar por el miedo o temor de abandonar la llamada zona de confort. Es necesario cuestionar cada uno de nuestros pensamientos, identificando cuánta razón puede tener y contradiciéndose si están equivocados.
Así pues, dado que las emociones negativas condicionan la calidad de nuestros pensamientos, una de las estrategias para evitarlas es drenar las emociones negativas, abrazando a las emociones positivas. En multitud de ocasiones, una variación en nuestro día a día puede generar un cambio productivo en el mismo. Algo tan simple como tener un poco de tiempo libre puede producir sentimientos tan beneficiosos como el alivio o el bienestar.
Es necesario ver nuevas perspectivas y posibilidades, y a pesar de que pueda resultar difícil, ¡desde Oniversity te podemos ayudar!